HIPEREMESIS
GRAVÍDICA
Definimos náusea como
sensación de deseo inminente de vomitar y vómito como la expulsión oral
violenta del contenido gástrico. Las arcadas son las contracciones
rítmicas forzadas de la musculatura respiratoria y abdominal que con frecuencia
preceden o acompañan al vómito, la regurgitación es la expulsión de
alimento en ausencia de náuseas y sin la contracción muscular respiratoria y
abdominal que acompaña a los vómitos, emesis son náuseas y vómitos
esporádicos que no alteran el estado general del paciente e hiperemesis son
náuseas y vómitos persistentes e incoercibles, sin causa orgánica, asociados
con pérdida de peso, deshidratación, cetosis y alteración electrolítica.
EPIDEMIOLOGÍA
Tanto las náuseas y
vómitos del embarazo como la hiperemesis gravídica se dan con mayor frecuencia
en las 12 primeras semanas de gestación, y aunque un 20% de las mujeres
experimentan náuseas y vómitos durante un periodo más largo, la remisión
completa no va más allá de las 16-20 semanas.
Las náuseas,
alteración gastrointestinal más frecuente del embarazo, están presentes en el 70-80%
de las embarazadas y los vómitos aparecen en el 50% de los casos, sin embargo,
la hiperémesis gravídica es poco frecuente, apareciendo en el 0,3-2%. Más de la
mitad de las gestantes experimentan náuseas y vómitos principalmente por la
mañana, un tercio durante todo el día y el resto por la noche.
Las náuseas y los
vómitos se presentan con mayor frecuencia en mujeres jóvenes, nulíparas (no
gestaciones previas de más de 20 semanas), primigestas, no fumadoras, obesas,
mujeres con intolerancia previa a ACO, raza negra, antecedente de gastritis y
antecedente de hiperémesis gravídica (la recurrencia en posteriores embarazos
es del 60%).
La mayoría de las
pacientes no necesitarán acudir a la atención especializada y podrán ser tratadas
en los centros de atención primaria. Sólo el 1-2% requerirán ingreso
hospitalario.
ETIOLOGÍA
Las causas de las
náuseas y vómitos del embarazo son aún desconocidas, siendo probablemente de
etiología multifactorial. Los factores implicados son los siguientes:
Hormonales.
- Se han
correlacionado los niveles de HCG con la intensidad de la emesis, así en
procesos como gestaciones gemelares y enfermedad trofoblástica en los que los
niveles de HCG son más elevados, también la emesis es más intensa.
- Durante las
primeras semanas del embarazo hay evidencias del aumento de tiroxina libre sérica
y disminución de los de tirotrofi na, pero múltiples estudios sugieren que
estos cambios se deben a la actividad de la HCG y no a la alteración primaria
de la función tiroidea.
- También se ha
atribuido la causa de las náuseas y vómitos a una insufi ciencia de la corteza suprarrenal
secundaria a un défi cit de producción de ACTH hipofi saria.
- Algunos autores han
demostrado niveles de estrógenos más elevados en mujeres con hiperemesis y han
sugerido que esta elevación es la responsable del cuadro.
- La progesterona se
ha relacionado con esta sintomatología por su efecto sobre la motilidad gástrica,
esofágica e intestinal.
- Otros: prolactina,
hormona de crecimiento, andrógenos...
Neurológicos.
Existe mayor labilidad del Sistema Nervioso Vegetativo, con enlentecimiento del
vaciado gástrico. También puede existir una relación entre las náuseas y vómitos
con la liberación de serotonina, como se ha demostrado al tratar casos de
hiperemesis con antagonistas de los receptores de serotonina con resultado
exitoso.
Metabólicos.
Podría tratarse de alteraciones del metabolismo del glucógeno hepático (su déficit
matinal provocaría cetosis leve y, en consecuencia, náuseas y vómitos).
Alérgicos o
inmunológicos
Se explica por una reacción materna a las sustancias del embrión
y/o por las diferencias genéticas entre el feto y el trofoblasto con respecto
al organismo de la madre.
Psicológicos
Se
incluyen inmadurez, dependencia, histeria, depresión, ansiedad y alteraciones en
el medio familiar y/o social en el que se desenvuelve la paciente. Se cree que
la corteza cerebral perdería la capacidad de control sobre los centros
subcorticales del vómito.
CLÍNICA DE
HIPEREMESIS
1. Náuseas y vómitos
de predominio matinal, de contenido alimenticio, que pueden desencadenarse por
el olfato, la vista o la ingesta de ciertos alimentos.
2. Sialorrea y modifi
caciones del apetito y del gusto.
3. Epigastralgias y a
veces hematemesis por desgarro de la mucosa gastroesofágica.
4. Pérdida de peso.
5. Aliento fétido y
con olor a frutas.
6. Signos de
deshidratación: palidez y sequedad de mucosas (labios con erosiones, lengua seca
y con grietas, encías enrojecidas con llagas y faringe con petequias), pobre
turgencia cutánea, ojos hundidos, hipotensión ortostática, taquicardia y
oliguria.
7. En situaciones
extremas: encefalopatía, ictericia, hipertermia, insufi ciencia hepatorrenal, confusión,
letargo y coma.
DIAGNÓSTICO
ANAMNESIS
En urgencias debemos
comenzar con una detallada anamnesis, preguntando por el inicio, duración y
tipo de síntomas. Generalmente el embarazo provoca un inicio gradual de la
sintomatología, con anorexia a las 5-6 semanas de gestación, seguido de náuseas
y después vómitos. Una presentación aguda de los síntomas es más frecuente en
procesos infl amatorios como apendicitis, gastroenteritis aguda, pancreatitis,
o colecistitis. Una larga historia de vómitos con poca o ninguna pérdida de
peso sugiere vómitos psicógenos.
La relación temporal
de los vómitos con la ingesta puede resultar de gran utilidad diagnóstica, así
los vómitos que aparecen predominantemente por la mañana son característicos
del embarazo, los vómitos que se producen durante o poco después de la ingesta
sugieren origen psicógeno o úlcera péptica con espasmo pilórico, y los que se
producen 4-6 horas después de la ingesta son indicativos de retención gástrica
(obstrucción pilórica, gastroparesia) o trastorno esofágico (acalasia,
divertículo de Zenker). Los vómitos en escopetazo o sin náuseas previas sugieren
la posibilidad de una lesión del sistema nervioso central.
Los síntomas
acompañantes también nos pueden orientar, como la presencia de vértigo (enfermedad
de Ménière), alivio del dolor (úlcera péptica) o saciedad precoz
(gastroparesia). El dolor abdominal acompañante, así como el tipo, la
irradiación, severidad y los factores que lo agravan son de gran importancia, y
nos hacen pensar en otra etiología, puesto que no es común el dolor en las
náuseas y vómitos inducidos por el embarazo.
También las
características de los vómitos proporcionan datos diagnósticos. Un olor fétido o
pútrido refleja los resultados de la acción bacteriana sobre el contenido
intestinal y puede aparecer en casos de obstrucción intestinal distal o
peritonitis. Los vómitos biliares suelen aparecer en procesos de vómitos
prolongados. La hematemesis refl eja por lo general sangrado procedente de
esófago, estómago o duodeno, por ejemplo, como consecuencia de desgarros
lineales de la mucosa de la unión cardioesofágica (Síndrome de Mallory-Weiss).
PRUEBAS
COMPLEMENTARIAS DE URGENCIA
1. Hemograma
(hemoconcentración) y estudio de coagulación.
2. Pruebas hepáticas.
En casos graves podemos obtener aumento de urea, ácido úrico, nitrógeno residual
sérico, creatinina y osmolaridad. Los niveles de transaminasas hepáticas están
elevadas en el 15-25% de los casos de hiperemesis gravídica, pero raramente
exceden en 3-4 veces los niveles normales y es más frecuente que estén elevadas
si existe cetonuria.
3. Pruebas
pancreáticas: amilasa y lipasa.
4. Ionograma
(hiponatremia, hipocaliemia e hipocloremia).
5. Proteínas totales
y equilibrio ácido-base (alcalosis metabólica).
6. Análisis de orina
(cetonuria, aumento de la osmolaridad). Se descartará infección urinaria.
7. HCG en caso de
duda para descartar enfermedad trofoblástica.
8. Ecografía
obstétrica (valorar vitalidad fetal, número de embriones y enfermedad
trofoblástica).
9. Ecografía
abdominal (descartar enfermedades hepatobiliares).
10. Hormonas
tiroideas (descartar hipertiroidismo).
11. Fondo de ojo
(hipertensión intracraneal).
12.
ECG cuando las alteraciones electrolíticas o la sintomatología lo requieran.
CRITERIOS DE INGRESO
Se decidirá ingreso
hospitalario en los casos de intolerancia oral y/o cuando existan alteraciones en
la analítica que requieran reposición electrolítica.
TRATAMIENTO
TRATAMIENTO
AMBULATORIO
Medidas
higiénico-dietéticas:
- Comidas
fraccionadas: frecuentes y de pequeña cantidad.
- Dieta rica en
hidratos de carbono y pobre en grasas y proteinas.
- Evitar alimentos
líquidos y calientes (mejor sólidos y fríos).
- Evitar condimentos,
bebidas con gas, alcohol, drogas y olores desencadenantes.
- Apoyo psicológico.
Medicación:
- Vitaminas B6 y B1
(300 mg/dia de ambas).
- Sedantes
(diazepan). (Tabla 2)
-
Antihistamínicos (doxilamina) o benzamidas (metoclopramida). (Tabla 2)
Tratamiento
alternativo:
- Jengibre 1g/día
durante 4 días (se ha demostrado superior al placebo en la eliminación de los
síntomas)
TRATAMIENTO
HOSPITALARIO
- Aislamiento,
prohibición de visitas, reposo, psicoterapia.
- Dieta absoluta.
- Sueroterapia:
2000-3000 cc/24 h según peso corporal, alternando sueros fisiológicos con
glucosados al 10%. Debemos conseguir diuresis mayores de 1000 cc/24 horas.
- Reposición
electrolitos:
- Na: 60-150 mEq. de
ClNa/24 h.
- K: Si la
concentración sérica es mayor o igual a 2,5 mEq/l, se administran 10 mEq/h; si la
concentración sérica es menor o igual a 2 mEq/l, hay trastornos
electrocardiográficos y/o alteraciones musculares, se administran 40 mEq/h.
- Cl: Se administra
junto al Na para impedir trastornos ácido-base.
- Ca: 0,2-0,3 mEq/24
h de gluconato cálcico.
- Mg: 0,35-0,45 mEq
de sulfato de magnesio.
- P: 7-10 mEq/1000
Kcal.
- Requerimientos
nutricionales. Hidratos de carbono: 150-220 g/24 h, lípidos: 0,5-3 g/kg/24h y
proteinas: 0,8-2g/kg/24 h.
- Añadiremos vitamina
B6 (piridoxina) 100-300 mg/día, vitamina B1 (tiamina) 100 mg/día y vitamina C
1g/día.
- Antieméticos.
(Tabla 2).
- Se reanudará la
alimentación oral tras 24-48h sin vómitos, siempre y cuando los controles analíticos
hayan mejorado y cese la pérdida de peso. Comenzaremos con alimentos espesos, escasos,
inoloros, con buena presencia y los aumentaremos progresivamente, recomendando los
consejos higiénico-dietéticos y los antieméticos vía oral.
PRONÓSTICO
El pronóstico fetal
en casi la totalidad de los casos es muy bueno, en raras ocasiones (hiperémesis
graves) se encuentra un ligero aumento de CIR y prematuridad sin consecuencias
perinatales graves.
El pronóstico materno
es igualmente bueno por tratarse de un proceso autolimitado, de baja morbimortalidad.
En los casos más graves el pronóstico vendrá defi nido por las posibles
complicaciones.
Por ejemplo, si el
vómito es muy intenso, puede ocasionar la rotura del esófago por presión (síndrome
de Boerhaave) o desgarros lineales de la mucosa de la unión cardiosofágica con hematemesis
(síndrome de Mallory-Weiss). Los vómitos prolongados pueden ocasionar la
pérdida de secreciones gástricas que produce alcalosis metabólica con
hipopotasemia, desnutrición con determinados estados defi citarios y caries
dental. En algunos casos puede producirse la aspiración de contenido gástrico a
los pulmones, con la consiguiente neumonitis por aspiración (síndrome de
Mendelson). Son raras las complicaciones neurológicas (encefalopatía de
Wenicke-Korsakoff, mielolisis central pontina y vasoespasmos de arterias
cerebrales), la infiltración grasa del hígado, la hemorragia retiniana, la
rabdomiolisis, coagulopatías secundarias a déficit de vitamina K y neuroparías periféricas
por defi ciencias de vitamina B6 o B12.