METRORRAGIA
EN LA EDAD ADULTA
INTRODUCCIÓN
Es
la alteración ginecológica más frecuente en las mujeres en edad reproductiva.
En los países occidentales, es una de las causas más frecuentes de anemia y en
muchas ocasiones origina absentismo laboral. En un alto porcentaje de casos el
tratamiento fi nal es la histerectomía,
que supone un riesgo quirúrgico y alto coste sanitario. Actualmente las
alternativas terapéuticas se dirigen hacia el tratamiento médico y las técnicas
quirúrgicas menos agresivas
MOTIVO DE
CONSULTA EN URGENCIAS
La paciente puede acudir a urgencias por criterio
propio, ante cualquier sangrado anómalo por aparato genital, en muchos casos
desconociendo su procedencia, debiendo descartarse incluso si el origen es
urológico ó gastrointestinal. En ocasiones presentará una enfermedad sistémica
acompañante, conocida ó no por la paciente, que pueda ser causa de hemorragia,
o bien aparecer coincidiendo con la ingesta de fármacos. En toda mujer en edad
fértil deberá descartarse siempre la gestación como origen del sangrado.
En otras ocasiones la paciente será remitida al
Servicio de Urgencias, por su médico de Atención Primaria ó por el Ginecólogo,
por diferentes motivos: hemorragia severa que no cede al tratamiento médico,
presencia de una anemia con Hb menor de 9g /dl, ó con diagnóstico ya establecido
que precisa tratamiento con carácter urgente y en medio hospitalario.
DEFINICIÓN
En primer lugar definiremos como sangrado uterino
normal la Menstruación producida por la descamación del endometrio, tras la
deprivación hormonal, con una periodicidad entre 22 a 40 días, cantidad de
35-45 ml/ciclo y duración menor de 7 días.
En éste capítulo nos referiremos a los sangrados
anormales en la mujer adulta, por exceso, de mayor intensidad, duración y/o
frecuencia de lo habitual. Según sea su presentación con respecto al ciclo
menstrual se definen con diferentes términos:
Endometritis |
Metrorragia:
Sangrado a intervalos irregulares, de cantidad variable sin relación con el
ciclo menstrual.
Menorragia:
Sangrado menstrual de características cíclicas, cuya cantidad supera los 80
ml/ciclo.
Polimenorrea:
Sangrados menstruales con intervalos menores a 22 días.
Hipermenorrea:
Sangrados a intervalos cíclicos de una duración superior a 7 días.
Sangrado
Intermenstrual: Sangrado entre menstruaciones normales.
En muchas ocasiones los términos pueden combinarse
para definir, según la presentación del sangrado, como Menometrorragia el
sangrado de intensidad y duración aumentada, con intervalos irregulares. Aunque
debe tenerse en cuenta que ésta nomenclatura no es unánimemente admitida.
ETIOPATOGENIA.
CAUSAS DE METRORRAGIA
ORGÁNICAS
• Vulva:
Erosiones, Infección, Traumatismos, Atrofia, Endometriosis, Tumores.
• Vagina:
Erosiones, Infección. Traumatismos. Cuerpos extraños. Atrofia. Tumores
• Cérvix:
Ectopia. Pólipos Endocervicales. Colpitis. Prolapso Uterino (erosión).
• Útero:
Pólipo endometrial. Miomas Submucosos e intramurales.
Dispositivo Intrauterino.
Endometritis.
Adenomiosis.
Atrofia Endometrial.
Cáncer de Endometrio. Sarcoma de Utero.
• Ovario:
Tumores funcionantes del ovario:
Tumor de células de la granulosa
Tumores de la Teca.
•
Extraginecológicas:
Recto y
Uretra: Traumatismos, Infección y tumores
SISTÉMICAS
•
Administración de Fármacos:
Hormonas Esteroideas:
Anticonceptivos Hormonales (Oral, vaginal).
Terapia Hormonal
Sustitutiva.
DIU de
Levonorgestrel.
Implante
subdérmico de Levonorgestrel.
Anticoagulantes.
Citostáticos.
• Hepáticas:
Producen trastornos del metabolismo de los estrógenos, con aumento de los
estrógenos libres y síntesis disminuida de los factores de la coagulación.
• Hematológicas: Coagulopatías: Representan un alto
porcentaje, hasta un 20 %, en mujeres jóvenes con metrorragias desde la
menarquia. La enfermedad de Von Willebrand es la más frecuente, seguida del défi cit del Factor XI. Síndrome de Bernard-Soulier y Púrpura Trombocitopénica
idopática.
Leucemia y anemia aplásica producen metrorragias de
forma secundaria.
•
Endocrinopatías: Por alteración en la regulación de GnRH.
Patología
tiroidea: Hipotiroidismo e Hipertiroidismo.
Trastornos
de la Prolactina.
Enfermedad
suprarrenal: Cushing.
• Renales:
Nefropatías. Alteran la excreción renal de estrógenos y progestágenos.
• Obesidad:
Se produce un incremento de estrógenos periféricos que puede originar
anovulación.
HEMORRAGIAS UTERINAS
DISFUNCIONALES (HUD)
Se define como hemorragia anormal la que procede de
útero en ausencia de patología orgánica y de gestación. Se caracterizan por ser
irregulares, sin relación con el ciclo menstrual.
El origen de la producción de la HUD es, en muchos
casos, difícil de identificar. Se puede producir por causas endocrinas y también
por factores locales uterinos.
Hemorragia Uterina |
• Factores
endocrinos: La HUD se produce por una alteración del eje
Hipotálamo-Hipófisis-Ovario, que provoca una secreción anómala de los esteroides
ováricos. La hemorragia se puede producir por:
Deprivación:
supresión ó disminución brusca de la acción de las hormonas ováricas sobre el
endometrio provocando su descamación. Este es el mecanismo normal, por el que
se produce la menstruación, pero puede ocurrir de forma anómala y ser causa de
HUD.
Disrrupción:
es el mecanismo más frecuente en las HUD. Se produce por la acción mantenida
durante largo tiempo, de las hormonas ováricas sobre el endometrio, originando
una proliferación anormal con una descamación no completa y provocando una
transformación endometrial asincrónica, que se traduce en sangrados anómalos,
irregulares y de intensidad variable.
• Factores
Uterinos: Existen mecanismos locales relacionados con la alteración entre
el tono vascular uterino, la hemostasia y la regeneración del endometrio, que
pueden ser el origen de hemorragia.
Se ha comprobado que en las HUD hay una alteración
entre la síntesis de prostaglandinas, con disminución de la F2alfa y el
Tromboxano A2, que reduce la vasoconstricción e inhibe la agregación
plaquetaria y el incremento de la prostaglandina E2 y la prostaciclina. Esto
prolongaría la vasodilatación con aumento del flujo de sangrado. También se ha
demostrado un aumento de la actividad fi
brinolítica en pacientes con HUD.
Los factores vasculares parece que tienen una
importante implicación, ya que según demostraron Hurskainer R. y Cols, 1999,
las mujeres con un menor índice de pulsatilidad de la arteria uterina presentan
más hemorragia. Así mismo, las endotelinas presentes en la basal endometrial,
actúan como vasoconstrictores endometriales y están implicadas en su
proliferación, modifi cando el flujo
sanguíneo uterino. Las anomalías de la angiogénesis, junto con la proliferación
endometrial, pueden dar lugar a una alteración de la hemostasia que favorece la
hemorragia.
A efectos clínicos las HUD se clasifi can en:
1. Con Ciclos Ovulatorios: Son menos frecuentes,
15 % de las HUD. Se manifi estan en la
mujer madura, entre los 20 y 35 años.
2. Con Ciclos Anovulatorios: Son las más
frecuentes HUD y se manifiestan fundamentalmente en los periodos próximos al
inicio y cese de la función ovarica, en la pubertad y en la perimenopausia.
HEMORRAGIA UTERINA
DISFUNCIONAL CON OVULACIÓN
Se producen por alteraciones en la fase folicular,
en la fase lútea ó en ambas. Suelen manifestarse de forma cíclica.
Clínicamente las formas de sangrado suelen
manifestarse por polimenorrea, spotting ovulatorio, spotting premenstrual,
hipermenorrea y menorragias.
• Si la
fase folicular está alargada, se produce un endometrio con excesiva
proliferación y escaso tejido conectivo, la progesterona producida tras la
ovulación, induce una hemorragia por disrrupción, que se traduce en una
Hiperplasia endometrial secretora y se manifiesta como una hemorragia menstrual
prolongada.
• Si hay
una alteración de los receptores hormonales, se produce una respuesta irregular
del endometrio y da lugar a la Maduración irregular del endometrio que se
manifiesta con hipermenorreas y sangrados postmenstruales.
• Si la
alteración es por un cuerpo lúteo insuficiente, se acortará el ciclo y dará
lugar a un endometrio escasamente transformado, que se manifiesta como un
sangrado premenstrual.
• Si el
cuerpo lúteo persiste (Enfemedad de Halban) hay una descamación irregular del
endometrio, porque el cuerpo lúteo no regresa completamente, manifestándose por
un sangrado menstrual muy prolongado.
En la mujer en edad fértil con ciclos ovulatorios,
hay que diferenciar las Hemorragias uterinas anormales (no disfuncionales), de
etiología orgánica. Las causas más frecuentes son:
Gestación
y sus complicaciones: Siempre se debe descartar como causa del sangrado, la
posibilidad de embarazo en la mujer madura, el aborto completo ó incompleto, el
embarazo ectópico, la persistencia de restos ovulares y/o endometritis
secundaria, hemorragia de implantación, enfermedad trofoblástica...
Patología
orgánica local: Miomas uterinos, sobre todo de localización submucosa y pólipos
endometriales debidos a aumento de la superficie endometrial, alteración de la
contractilidad y disminución de la hemostasia. Además, adenomiosis, hiperplasia
endometrial y adenocarcinoma de endometrio.
Otras
patologías ya reseñadas en la clasificación etiopatogénica. Ginecológicas y sistémicas.
HEMORRAGIA UTERINA
DISFUNCIONAL CON ANOVULACIÓN
Son de carácter irregular en ritmo e intensidad. Se
manifiestan en las edades más proclives para el fallo del eje
hipotálamo-hipofisario-ovario, la adolescencia y la perimenopausia. Esta
alteración, principalmente neuroendocrina en las adolescentes y por fallo de la
función ovárica en la perimenopausia, impide la ovulación. No se desarrolla un
folículo maduro ni el posterior cuerpo lúteo, ni se atresian el resto de los
folículos, por lo que existen varios folículos en aparente desarrollo y con
carácter funcionante.
Son las HUD más frecuentes y su origen es el
estímulo mantenido de los estrógenos sobre el endometrio, sin oposición de la
acción secretora de la progesterona. No es preciso que existan habitualmente
niveles elevados de estrógenos, pero la acción de estos, de forma constante,
produce un crecimiento excesivo de las glándulas endometriales, sin el soporte
adecuado de tejido conectivo.
Clínicamente se manifiestan como un sangrado
generalmente abundante y tras un periodo de amenorrea de 6-8 semanas.
Histológicamente, la proliferación endometrial
mantenida, puede evolucionar desde una hiperplasia endometrial simple a una
hiperplasia endometrial con atípias y al carcinoma de endometrio, sobre todo en
pacientes perimenopáusicas.
En las pacientes con HUD, hay que evaluar posibles
signos y patologías sistémicas que originen cuadros de anovulación y/o
trastornos del metabolismo de los estrógenos, como por ejemplo:
• Cambios bruscos de peso corporal, dietas
inadecuadas y malnutrición, obesidad que origina mayor cantidad de estrógenos
circulantes, situaciones de estrés y ansiedad, ingesta de psicofármacos.
•
Patología endocrina: Hiperprolactinemia, hiper-hipotiroidismo,
hiperandrogenismo (SOP), enfermedad suprarrenal, Cushing.
•
Administración exógena de hormonas esteroideas: Anticonceptivos orales
estrógenos-pro-gestágenos, DIU e implantes subdérmicos de levonorgestrel,
anticonceptivos con gestágenos continuos.
•
Alteraciones graves de la función renal y hepática que producen un incremento
de los niveles de estrógenos libres y de los factores de la coagulación.
METRORRAGIA
POSTMENOPÁUSICA
Es la HUD que aparece tras 12 meses de amenorrea
con gonadotrofinas elevadas. Puede ser de cantidad y duración variable. Siempre
debe ser evaluada de forma preferencial para descartar patología orgánica y la
posibilidad de cáncer ginecológico.
De igual forma debe ser valorada la metrorragia en
pacientes que reciben THS y que, tras un periodo de un año de tratamiento,
presentan sangrados anómalos.
Las causas uterinas más frecuentes son pólipos
endometriales, hiperplasia endometrial simple ó compleja, con ó sin atipias,
atrofia endometrial, cáncer de endometrio y de origen extracavitario, pólipos
endocervicales, atrofia de cérvix y vagina, erosiones por prolapso uterino,
pesario, cáncer de cérvix uterino, tumores funcionantes del ovario, neoplasias
vulvares.
DIAGNÓSTICO
ANAMNESIS
Una anamnesis detallada nos va a orientar hacia el
diagnóstico y por tanto a una utilización racional de los métodos diagnósticos.
Los datos que debemos obtener se describen a
continuación:
• Edad, Menarquia. Fórmula menstrual. Fórmula
Obstétrica. Fecha de la última gestación (aborto ó parto). Fecha de la última
menstruación. Características de los últimos ciclos menstruales. Actividad
sexual. Método anticonceptivo que utiliza actualmente: Natural, Barrera, ACOs
(tipo), DIU (tipo), Implante, Esterilización Tubárica.
• Datos sobre el proceso actual: Inicio, duración,
intensidad, antecedentes de procesos similares, síntomas acompañantes como
dolor y su localización, fiebre, leucorrea, disuria, alteraciones digestivas
(vómitos, alteraciones del ritmo intestinal).
• Situaciones personales que la paciente pueda relacionar
con su proceso: estrés, ansiedad, aumento de ejercicio físico, cambio de
hábitos en la dieta, drogas, ingesta reciente de fármacos...
• Antecedentes Personales. Existencia de enfermedad
sistémica conocida: patología tiroidea, hepática, renal, cardiopatía,
coagulopatias, diabetes, enfermedades suprarrenales. Fármacos que utiliza:
Psicotrópos, anticoagulantes, corticosteroides, citostáticos. Hábitos
tóxicos...
• Existencia de patología coexistente: Hemorragias
extraginecológicas (epixtasis, gingivorragias), Hematomas frecuentes,
petequias, taquicardias, síntomas vasomotores.
• Antecedentes de cirugía previa, reciente ó no.
• Antecedentes de alergias conocidas a fármacos.
• Datos sobre antecedentes familiares de cáncer de
endometrio, ovario, colon, mama.
EXAMEN
FÍSICO
1. Valorar la repercusión clínica que la
metrorragia ha originado en la paciente, (tensión arterial, frecuencia
cardiaca, temperatura, etc.). Una situación hemodinámica comprometida, con
hipotensión, taquicardia, palidez evidente, alteración del nivel de conciencia,
etc., obliga a estabilizar primero sus constantes vitales, para posteriormente
realizar la anamnesis detallada y resto de pruebas diagnósticas.
2. Exploración General. Nos orienta sobre
patologías sistémicas que puedan ser causa de la metrorragia: alteraciones del
tiroides, hirsutismo, obesidad, presencia de hematomas...
3. Exploración Abdominal. Localización de
posibles puntos dolorosos, irritación peritoneal, presencia de masas,
ascitis...
4. Exploración Ginecológica. Encaminada a
localizar el origen del sangrado, que puede ser:
• Extrauterino, debiendo valorarse mediante inspección
de genitales externos, vulva, recto y uretra. Con espéculo se valorará vagina y
exocervix. Si el sangrado es de cavidad uterina, determinar si el cérvix está
cerrado o abierto (importante en caso de gestación). Se completa el examen con
tacto bimanual, para determinar el tamaño uterino, movilidad, dolor,
posibilidad de masas anexiales, puntos dolorosos uni ó bilaterales en áreas
anexiales y saco de Douglas.
• Intrauterino, en cuyo caso intentaremos
identificar su etiología: Obstétrica, orgánica, hematológica, oncológica,
disfuncional (con ó sin ovulación), mediante estudios diagnósticos
complementarios.
MÉTODOS
DIAGNÓSTICOS
LABORATORIO:
Hemograma completo, con plaquetas y estudio de
coagulación. Los valores de hemoglobina y hematocrito nos determinarán la
severidad del proceso. El nivel de ferritina es útil en caso de pérdidas
hemáticas crónicas. El estudio de coagulación es importante en pacientes
jóvenes ó con antecedentes de sangrados anómalos extragenitales y la valoración
de la fórmula leucocitaria orientara en casos de infección acompañante.
Pruebas de función hepática y renal con
determinación de iones, si se sospecha patología acompañante.
En toda mujer en edad fértil, siempre es obligado
descartar un posible embarazo. Se realizará un test de gestación en orina (se
detectan valores a partir de 25 mLU/ml) y si es dudoso se deberá determinar
niveles de B-HCG en suero (se detectan niveles a partir de 5mLU/ml). En caso de
confirmar gestación y, si el estudio ecográfico no es concluyente, se deben
repetir las determinaciones cada 48 horas, para valorar incrementos ó
disminución que nos puedan orientar hacia un aborto intrauterino ó un embarazo
ectópico.
Pueden realizarse estudios hormonales en un tiempo
posterior, para confirmar la etiología del proceso (FSH, LH, TSH, prolactina,
estradiol, progesterona...), pero son de dudosa utilidad en la HUD.
ESTUDIO
ECOGRÁFICO:
La ecografía pélvica y sobre todo vía transvaginal,
es una técnica de gran utilidad en el diagnóstico ginecológico. Su práctica ya
es habitual en cualquier exploración ginecológica. En las pacientes con
hemorragia uterina anormal, orientará hacia la actitud terapéutica a seguir según
los hallazgos encontrados. Hay que valorar:
Polipo Endometrial Endometrio Engrosado Sugestivo de Hiperplacias |
1. Tamaño uterino y su morfología, miomas
intramurales, subserosos.
2.
Existencia de gestación intrauterina ó embarazo ectópico (la ausencia de
hallazgos no excluye el diagnóstico)
3. Posibles
imágenes intracavitarias, como pólipos endometriales (Fig.33-3) y miomas
submucosos.(Fig. 33.5) En caso de duda se completa con una sonohisterografía,
que consiste en introducir una solución salina en la cavidad uterina y, al
distenderse ésta, permite una mejor visualización endocavitaria.
4. Estado
del endometrio, muy importante para el tratamiento inmediato, si está muy
engrosado (tras descartar un adenocarcinoma por biopsia), el tratamiento será
con gestágenos ó un legrado total bajo anestesia. Si por el contrario el endometrio es fino, se
beneficiará de un tratamiento con estrógenos.
5. En caso de DIU, valorar su correcta posición.
6. Estructura ovárica, presencia de tumoraciones
sólidas, líquidas, posiblemente funcionantes, su morfología y signos de
benignidad ó malignidad, se puede complementar con estudio Doppler.
La presencia de una imagen quística ovárica
asociada a líquido en el fondo del saco de Douglas, con síntomas de dolor en
zona anexial, puede orientar a un cuerpo lúteo hemorrágico ó a una gestación
temprana. Si se realiza una culdocentesis (punción del saco de Douglas), la
presencia de sangre confirma la existencia de hemoperitoneo.
BIOPSIA:
Biopsia de las lesiones sospechosas que se
encuentren durante la exploración en vulva, vagina, cérvix.
Biopsia de endometrio: Si el sangrado proviene de
la cavidad uterina, la biopsia de endometrio está indicada en mujeres mayores
de 35 años, por el riesgo de hiperplasias y adenocarcinoma de endometrio.
Previamente siempre hay que descartar la posibilidad de gestación y de
infección pélvica actual, en caso de presencia de DIU. Aunque éste se descarte
como causa etiológica de la metrorragia, es preferible retirarlo previamente
antes de practicar la biopsia (se puede movilizar, enclavar, etc.).
Siempre se debe realizar la biopsia de endometrio
después del estudio ecográfico, ya que la manipulación intracavitaria nos
modificará la imagen ecográfica.
La biopsia de endometrio precisa de una asepsia
adecuada de vagina y exocervix. La obtención de la muestra se puede realizar de
diferentes formas:
1. Cánula de
aspiración (flexible) tipo Cournier, es fácil, bien tolerada y la más utilizada,
debiéndose practicar simultáneamente el cepillado endometrial. Su limitación
está en no poder diagnosticar pólipos endometriales, miomas submucosos, ni
realizar la biopsia de lesiones sospechosas y, como prueba única, daría lugar a
falsos negativos, debiendo por ello complementarse siempre con estudio
ecográfico previo.
2. Microlegra, intentando obtener varias
muestras, sobre todo de las áreas uterotubáricas, pero es peor tolerada por la
paciente y existe el riesgo de perforación. La limitación es igual que para la
cánula de Cournier.
3. Histeroscopia, técnica que se describe mas
adelante y que se realiza de forma ambulatoria.
Permite visualizar la cavidad uterina y practicar
la biopsia dirigida a áreas sospechosas. Es la técnica más precisa, pero la
presencia de sangrado impide una correcta valoración de la cavidad (excepto en
histeroscopia quirúrgica con vainas de grueso calibre).
Biopsia de endocervix: También se debe realizar
simultáneamente un estudio histológico del endocervix, si el sangrado no es
cíclico y desconocemos si el origen es endocavitario.
La biopsia se obtiene mediante un legrado
circunferencial del endocervix. Las muestras de endocervix y endometrio, se
enviarán debidamente identifi cadas para
el estudio anatomopatológico.
HISTEROSCOPIA:
Es un valioso método diagnóstico y terapéutico en
los procesos de la cavidad uterina.
La histeroscopia diagnóstica, con vainas de pequeño
calibre y flujo continuo, se realiza de forma ambulatoria, sin anestesia ó con
anestesia local, permitiendo la valoración del endometrio (quístico,
adelgazado, atrófico)
Mioma Submucoso |
La realización de biopsia dirigida es la técnica
que mayor sensibilidad ofrece para el diagnóstico de pólipos endometriales y
miomas submucosos (situación, tipo de inserción, pediculado ó no, número,
tamaño, etc.), pudiendo además ser extirpados en el mismo acto de la
histeroscopia diagnóstica, pólipos endometriales de pequeño tamaño, para su
posterior estudio histológico. Su
utilidad se debe a que es posible, aunque no
frecuente, la existencia de un adenocarcinoma en el seno de un pólipo
endometrial y, en un 10% de los casos, están asociados a hiperplasia
endometrial, lo cual justifica su exéresis. Si el tamaño ó el tipo de inserción
así lo aconsejan, se programa para un tratamiento posterior con histeroscopia
quirúrgica mediante electrorresección.
También se debe valorar el canal endocervical y
realizar biopsia ó exéresis de lesiones sospechosas para estudio histológico.
Actualmente la histeroscopia diagnóstica se está
convirtiendo en una técnica habitual, y se ha demostrado que aporta mas datos
que el legrado diagnóstico clásico, con dilatación y anestesia general. Tiene
una indicación más precisa en edades próximas a la menopausia, por la
posibilidad de descartar patología orgánica, pero no debe realizarse de forma
indiscriminada. Su práctica está condicionada a los hallazgos de pruebas
previas, ecografía transvaginal y biopsia de endometrio ó imposibilidad de
realizar éstas y siempre que esté previsto realizar una histeroscopia quirúrgica posterior.
En el diagnóstico de la hemorragia uterina anómala,
el análisis de medicina basada en la
evidencia, muestra que no es correcta la utilización de todas las posibilidades
diagnósticas, habiéndose establecido unas premisas del manejo de estas
pacientes, que pueden ser resumidas en tres conclusiones:
1. La Ecografía Transvaginal, es el método más
eficaz para complementar la anamnesis y la exploración clínica en el diagnóstico
de la hemorragia uterina anómala.
2. La Biopsia Endometrial con cánula se debe
realizar a pacientes mayores de 35 años, como complemento al estudio ecográfico.
3. En los casos en que se sospeche patología
endometrial (tras la ecografía) ó la respuesta al tratamiento médico no sea
satisfactoria, la Histeroscopia ambulatoria, con biopsia dirigida si se
precisa, resulta más eficaz que el legrado con anestesia general.
TRATAMIENTO
Tras el diagnóstico correcto del origen de la
metrorragia, el tratamiento será etiológico.
Dependiendo de la gravedad y repercusión general
que la metrorragia origine sobre la paciente, se valorará la necesidad de
ingreso hospitalario ó no.
METRORRAGIAS
QUE PRECISAN INGRESO HOSPITALARIO
Son causa de indicación de ingreso hospitalario,
entre otras:
• HUD aguda muy abundante. Hemoglobina < 9 g/L.
Signos de hipovolemia, hipotensión, taquicardia.
• Sospecha de coagulopatías, sobre todo en adolescentes.
Además de tratar su proceso de base, se acompañará de tratamiento hormonal como
en una HUD con ciclos ovulatorios.
• Sangrados asociados a patología de la gestación:
Aborto intrauterino ó ectópico, restos ovulares, se instaurarán controles y tratamiento
específico en cada caso.
• Patología orgánica uterina que precisa
tratamiento quirúrgico urgente, mioma submucoso ó pólipo endometrial que
protuye por cérvix ó intracavitarios que originan un sangrado profuso.
• Proceso séptico en fase aguda, fiebre, alteración
de la formula leucocitaria. Se instaurará terapia específica con
antibioticoterapia.
• En caso de sospecha de neoplasia ginecológica
maligna, se agilizarán las pruebas necesarias para instaurar el tratamiento
médico-quirúrgico específico.
• El tratamiento inicial será bajo estricto control
médico, a fin de lograr estabilizar hemodinamicamente a la paciente,
monitorización, aporte de volumen, iones, transfusión si precisa, etc.
• Simultáneamente al tratamiento general de la fase
aguda, el objetivo será detener la hemorragia, mediante tratamiento médico ó
quirúrgico específico en cada caso.
Tratamiento
médico de la HUD aguda:
Independientemente de su etiología ovulatoria ó
anovulatoria, el tratamiento será hormonal.
Si el sangrado es de varios días de duración,
probablemente el endometrio sea muy escaso, y se precise de la acción de los
estrógenos para proliferar el endometrio, crear receptores de progesterona y
beneficiarse de su acción hemostática.
Se administrarán por vía IV estrógenos equinos conjugados,
20 mg/4-6 h, durante las primeras 24 horas y, para evitar la hemorragia por
deprivación, se continúa por vía oral con un preparado de
estrógeno-progestágeno tipo anovulatorio, durante 12-15 días. Posteriormente se
instaurará un tratamiento a medio plazo que va a depender de la etiología,
ciclos ovuladores ó anovuladores, hiperplasia de endometrio, edad, deseos
genésicos, contraindicaciones por patología concomitante y preferencia de la
paciente.
Tratamiento
Quirúrgico de la Metrorragia aguda:
Si la hemorragia es muy intensa y aguda ó no cede
al tratamiento médico, la indicación es:
1. Legrado uterino completo, con dilatación y
anestesia general. Es eficaz para detener la hemorragia aguda y nos servirá para
hacer el estudio anatomopatológico. Tiene el inconveniente de que no es un
método efi caz, en el caso de los pólipos
endometriales y miomas submucosos.
Cuando la hemorragia es muy severa, se puede
aplicar una sonda de Foley intracavitaria con globo de 30ml, que sirve de
taponamiento.
2. Histeroscopia quirúrgica diagnóstica-terapéutica
de urgencia, en caso de hemorragias agudas severas, contribuye de forma más
eficaz en el diagnóstico y tratamiento que el legrado uterino clásico. Se
utilizan resectoscopios con vainas de alto flujo (26-28 french) que permiten un
lavado de la cavidad que facilita la visualización endouterina y posibilita el
diagnóstico y tratamiento en procesos como polipectomias, miomectomias y
resecciones endometriales en el mismo acto quirúrgico.
3. Embolización de las arterias uterinas en
situaciones de emergencia, si el centro dispone de Radiología Intervencionista.
TRATAMIENTO
DE LA HUD A CORTO Y MEDIO PLAZO
Tras conseguir el cese de la hemorragia aguda hay
que establecer un tratamiento de mantenimiento que controle los sangrados de
los siguientes ciclos. Como medida general, en todos los casos, siempre hay que
normalizar los depósitos de hierro y controlar la anemia que éstas pacientes
suelen presentar.
Tratamiento de la mujer en edad reproductiva:
Si precisa anticoncepción:
Puede continuar durante 6 meses con el mismo
combinado anovulatorio utilizado en la fase aguda, preferentemente de baja
dosis. Están indicados en pacientes adolescentes y mujeres menores de 35 años
Utilización de un DIU liberador de levonorgestel.
Son bien tolerados y su acción radica en la disminución de la proliferación
endometrial, pudiendo producir sangrados irregulares y, a partir de los 12
meses, frecuentemente amenorrea por atrofia endometrial. Su eficacia en la
reducción del sangrado alcanza el 90% Están indicados en pacientes mayores de
35 años y en las que previamente utilizaban DIU con carga de cobre.
Si no precisa anticoncepción:
•
Antifibrinolíticos y antiprostaglandínicos constituyen el tratamiento de
elección, sobre todo en caso de menorragias con ciclos ovulatorios. Al analizar
la etiopatogénia de la HUD, se ha comprobado que, entre otros factores, existe
una actividad fi brinolítica aumentada y
un aumento en la síntesis de prostaglandinas.
Como agente antifibrinolítico, el que mayor eficacia
ha demostrado es el ácido tranexámico, con una reducción del 50% del sangrado
menstrual (Cochrane Library), con una dosis de 500mg/8h, durante los 3 ó 4
primeros días de la menstruación y ha resultado ser más eficaz que los
gestágenos, utilizados en fase luteínica (15% de reducción de la pérdida
menstrual). Los efectos secundarios son mínimos (ocasionalmente vómitos y
diarrea) y el riesgo tromboembólico en los estudios realizados no parecen ser
superiores que los de la población control de la misma edad.
Como agentes antiprostaglandínicos, se utilizan los
antiinflamatorios no esteroideos (AINES), siendo el más eficaz el ácido
mefenámico 500mg/8h, durante los 2-3 primeros días de la menstruación, seguido
del naproxeno e ibuprofeno. Su acción se debe a la inhibición de la
prostaglandina sintetasa con lo que se reduce la síntesis de prostaglandinas,
reducen la pérdida hemática en un 20-30%. No tienen efecto significativo en la
menstruación, normal ni en las menorragias con anovulación.
Si el ácido tranexámico se asocia con AINE, se
alcanza una tasa de éxitos en el 65% de los casos.
Este tratamiento tiene la ventaja de administrarse
solo durante la menstruación, y pueden utilizarse en pacientes con deseos
genésicos. Son tratamientos de corta duración y pocos efectos secundarios, con
buena aceptación por parte de la paciente.
•
Estrógenos-Progestágenos (no anticonceptivos): Son útiles en las HUD
moderadas, regulan el ciclo corrigiendo las polimenorreas y menorragias, actúan
sobre el endometrio creando una reacción pseudodecidual, con una hemorragia
cíclica por deprivación. Están indicados en la perimenopáusia y ayudan a paliar
los síntomas climatéricos. El estrógeno es el valerato de estradiol 2 mg/día en
ciclos de 21 ó 28 días combinado con un gestágeno en los 10 -12 últimos
comprimidos de Norgestrel, Ciproterona, Medroxiprogesterona, Levonorgestrel. La
pauta es de 1comp/dia vía oral, durante 21 días y 7 de descanso ó 28 días de
forma contínua.
Gestágenos |
•
Gestágenos: Son muy frecuentemente utilizados en nuestro medio, pero han demostrado
su ineficacia cuando se utilizan sólo en la fase luteínica. Tampoco son útiles
en el tratamiento de la hemorragia aguda. Sin embargo son eficaces cuando se
utilizan a largo plazo y con un tiempo de exposición adecuado, precisando tener
un soporte estrogénico previo, con un endometrio proliferativo y receptores de
progesterona maduros. Pueden estar indicados en HUD con ciclos anovuladores,
más frecuentes en la premenopausia y en la adolescencia, que presentan una
descamación irregular del endometrio, con spotting intermenstrual y /o
premenstrual y en la Hiperplasia simple de endometrio sin atípia.
Los más utilizados actualmente son:
Medroxiprogesterona (MAP), 5-10 mg/día vía oral, Noretisterona (NET) 10-20
mg/día vía oral y Progesterona Micronizada (PM) 200 mg/día vía oral ó vaginal,
durante 21 días, del 5º al 25º del ciclo. Los efectos secundarios más
frecuentes son ganancia ponderal, cefaleas, somnolencia y astenia, por lo que
la aceptación de la paciente no es buena a largo plazo. Se ha mostrado muy
eficaz como tratamiento, aunque no precise anticoncepción, el DIU de
levonorgestrel y la tolerancia es mejor que en las pautas anteriores.
Tratamiento
en la HUD en la perimenopáusia y post menopáusia:
En ésta época de la vida es frecuente encontrar
patología orgánica como miomas intramurales, submucosos, pólipos endometriales,
hiperplasia endometrial (con ó sin atípias) y adenocarcinomas. Llegar al
diagnóstico etiológico correcto es muy importante, dada la mayor posibilidad de
patologías severas.
En la perimenopausia las HUD están generalmente
originadas por ciclos anovulatorios, mientras que en la postmenopáusia suele
ser secundaria a la THS, con pauta inadecuada de gestágenos ó incluso sin la
oposición de éstos a la terapia estrogénica.
Tratamiento Médico de la Hiperplasia endometrial
simple ó compleja sin atípias:
• En
perimenopausia:
Gestágenos con la pauta indicada en el apartado
anterior: ciclos de tratamiento de 21 días al mes, con Medroxiprogesterona MAP
10 mg /día ó Progesterona micronizada, vía oral ó vaginal 200 mg/día, durante 6
meses, suspender el tratamiento y al mes realizar nuevo estudio histológico
control.
Análogos de GnRH, pueden ser útiles en esta etapa,
logrando una remisión del 90%, pero su efecto es temporal y si la paciente no
ha alcanzado la menopausia puede ser necesario continuar con tratamiento
secuencial de estrógenos progestágenos.
• En
postmenopausia:
Si no es secundaria a THS, se utilizarán los mismos
gestágenos e igual dosis que en la perimenopáusia, pero de forma continua. A
los 6 meses y tras dejar un intervalo sin tratamiento se
realizará el nuevo estudio histológico.
Si es secundaria a THS y no utilizaba gestágenos,
suspender la terapia estrogénica temporalmente, e iniciar un ciclo de
gestágenos solos durante 12 días para inducir una hemorragia por deprivación.
Posteriormente reiniciar la THS combinada, con el mismo estrógeno y añadir un
gestágeno de forma cíclica. Mínimo 12 días por ciclo, 10 mg/día de MAP ó 200
mg/ día de PM, ó pauta combinada continua, 5mg/diarios de MAP ó 100-200
mg/diarios de PM.
Si utilizaba una pauta combinada correcta de
estrógenos y gestágenos y aparece sangrado irregular en tiempo y cantidad no
esperado, pero histologicamente no existe hiperplasia, aumentaremos la dosis de
gestágeno, ó bien se cambia de preparado y se aconseja la administracción vía
vaginal.
Si el estudio histológico muestra cambios
hiperplásicos, es preferible suspender temporalmente la THS, instaurar una
pauta sólo con gestágenos durante 3 meses, realizar nuevo estudio histológico y
si el proceso ha remitido se reiniciará la THS con una dosis más alta de
gestágeno y en ocasiones cambiando la vía de administración.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO EN LAS HUD A CORTO-MEDIO PLAZO
Si la respuesta al tratamiento médico no es eficaz ó
no es tolerado por la paciente y en casos de patología orgánica no controlable
con tratamiento médico.
• Resección de pólipos endometriales y miomas
submucosos, asistido por cirugía histeroscópica.
• Legrado Uterino, cada vez menos utilizado,
excepto en caso de urgencia por sangrado masivo.
• Ablación endometrial, si fracasa el tratamiento
médico en HUD y en Hiperplasia simple sin atípias. Se realiza mediante cirugía
histeroscópica. El método más empleado es con resectoscopio ó la cauterización
con bola radiante (rollerball). Se realiza con anestésia general, de forma
ambulatoria. Otras técnicas de ablación endometrial son por radiofrecuencia,
balón térmico y láser.
En comparación con la histerectomía clásica, es una
alternativa válida y bien aceptada por la paciente, se trata de una técnica
menos agresiva, con menor tasa de complicaciones y de menor coste sanitario
(30% incluyendo las posibles reintervenciones).
Tras la intervención se deben realizar controles
periódicos, por si algún resto de endometrio pudiera malignizarse. La
posibilidad de embarazo es escasa, pero debe evitarse por el mayor riesgo de
complicaciones.
•
Miomectomias: Está indicada en pacientes que desean conservar útero,
generalmente se realiza por vía laparotómica, aunque cuando son abordables se
puede realizar por vía laparoscópica, con menor morbilidad, estancia
hospitalaria y más rápida recuperación de la paciente.
•
Embolización de las arterias uterinas. Recientemente se están obteniendo
buenos resultados, la mejoría clínica alcanza el 85%, con una reducción del
volumen del mioma a los tres meses del 50%. La estancia hospitalaria es de 1-2
días, el dolor que aparece en las primeras 48 horas, se controla con analgesia
potente. Cuando la técnica se aplica en grandes miomas subserosos pediculados,
a las dos semanas de la intervención, puede aparecer un cuadro de fi ebre y dolor por necrosis del mioma,
(actualmente la técnica no se realiza en miomas pediculados). Se necesitan estudios
más amplios y a largo plazo para confirmar su eficacia.
•
Histerectomía: Es el último recurso en las HUD que no responden al
tratamiento médico ó a la cirugía conservadora antes descrita. Su práctica cada
vez será menor debido a tratamientos médicos más seguros y a la utilización
cada vez mayor de cirugía histeroscópica. La histerectomía vía abdominal, vía
vaginal asistida por laparoscópia y vía vaginal única, es una alternativa
válida en casos bien seleccionados: útero hipertrófico, miomas grandes ó de
crecimiento rápido, patología ginecológica asociada, riesgo de cáncer
ginecológico, hiperplasia endometrial con atípias y, en casos de neoplasias
malignas, se realizará cirugía ampliada junto a otras terapias específicas.
También está indicada por preferencia de la paciente hacia un tratamiento definitivo
frente a otras opciones terapéuticas.
RECOMENDACIONES
ACTUALES PARA EL DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
DEL SANGRADO
UTERINO ANÓMALO:
El Royal College of Obstetricians and
Gynaecologists, Londres, 2000, ha establecido unas recomendaciones basadas en MEDLINE,
EMBASE y la Cochrane Library, para el diagnóstico y tratamiento del sangrado
uterino anómalo. A pesar de su aparente sencillez, nos ayudarán a elegir el
camino más lógico en la resolución de la patología metrorrágica. Se enumeran
las más significativas según su clasificación (grupo A), atendiendo a la solidez
científica de los estudios en los que se basan.
a. La
cavidad uterina debe estudiarse inicialmente con ecografía vaginal.
b. Si
la histeroscopia está indicada, ésta permite la visualización directa de la
cavidad uterina y la realización de biopsia endometrial, sin necesidad de
anestesia.
c. El
ácido tranexámico y mefenámico son tratamientos eficaces de la menorragia.
d. Los
fármacos antifibrinolíticos y los AINES, reducen eficazmente el sangrado en las
pacientes portadoras de DIU que presenten pérdidas hemáticas importantes.
e. Los
anticonceptivos orales combinados pueden usarse para disminuir el sangrado
menstrual excesivo.
f.
Los fármacos como el danazol y los agonistas
GnRH, reducen el sangrado, pero sus efectos secundarios limitan su efecto a
largo plazo.
g. Los
DIU liberadores de levonorgestrel, son eficaces en el control de la hemorragia
uterina anómala.
h. La
noretisterona administrada en la fase luteínica, no es un tratamiento eficaz de
la hemorragia uterina anómala.
i.
El legrado uterino no tiene utilidad terapéutica
en las menorragias.
j.
La ablación endometrial es eficaz en el
tratamiento de las hemorragias uterinas anómalas.
k. La
Histerectomía es un tratamiento clásico y eficaz en las hemorragias uterinas.
l. Todas las mujeres que van a ser sometidas a
cirugía mayor, por hemorragia uterina, precisan profilaxis antibiótica